Gestión del Estrés

Diariamente nos encontramos con múltiples situaciones que, por varios factores, hace que nos genere estrés, pero ¿es realmente necesario el estrés?

Hemos de partir de la base que el estrés, en su justa medida, no es perjudicial, sino, todo lo contrario. El estrés controlado nos dota de estímulo, de cierta energía, etc., para llevar a cabo nuestras actividades y responsabilidades diarias. A este estrés se le conoce como eustrés (“estrés positivo”).

Por otro lado, aquellas personas que carecen de estrés o tienen niveles muy bajos del mismo, llamado hipoestrés, son aquellas que carecen de estímulo, energía para estar activas y motivadas para realizar sus actividades.

El estrés que comúnmente conocemos es el llamado distrés (“estrés negativo”), es aquel que nos genera un estado desagradable, nos puede bloquear, limitar y a consecuencia de ello, dependiendo de la intensidad y la duración del mismo, pueden provocar ciertas consecuencias negativas afectándonos tanto a nivel cognitivo, físico y conductual.

La buena noticia es que el tener distrés depende totalmente de nosotros mismos y se basa en cómo interpretamos aquello que nos está sucediendo.

¿Por qué dos personas que viven la misma situación a una de ellas le genera distrés y a la otra no?

Imaginemos una situación en un entorno laboral en que dos personas del mismo departamento tienen un pico de trabajo muy alto y a una de ellas le abordan pensamientos recurrentes, tales como: “no me va a dar tiempo hacer todo" “no voy a ser capaz de…” “me faltan horas” etc., probablemente a esta persona, sea más viable que le genere distrés que la otra persona que tiene pensamientos como “haré hasta donde pueda” “si me planifico bien, sacaré el trabajo” “soy capaz de…”

La manera de como gestionemos nuestros pensamientos, hará que nos encontremos en un estado u otro, por tanto, podemos decir que el distrés es totalmente subjetivo.

Llegamos a la conclusión que, tanto tener un nivel muy bajo como un nivel alto de estrés, resulta perjudicial para tener una adaptación adecuada a nuestro entorno y disponer de un bienestar diario.

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